En el ámbito de las instalaciones eléctricas, la calidad del cableado es esencial para garantizar la seguridad y eficiencia del sistema. Este artículo proporciona una guía práctica para identificar cables eléctricos de baja tensión de mala calidad, enfocándose en aspectos tangibles y verificables en el campo.
1. Verificación del marcado en la cubierta protectora del cable

Un cable eléctrico de buena calidad siempre incluye una impresión clara, legible y duradera en su aislamiento exterior. Esta información no es decorativa: es esencial para garantizar su uso correcto y seguro. A continuación, te explico los elementos que debes buscar:
Tipo de cable
Cada nomenclatura indica características específicas del cable, como su resistencia a la temperatura (por ejemplo, 75 °C, 90 °C o incluso 120 °C), resistencia a la humedad, aceites, exposición al sol o condiciones de intemperie. También define en qué tipo de instalaciones se puede aplicar (residenciales, comerciales, industriales).
Sección nominal
La sección transversal del conductor, medida en milímetros cuadrados (mm²), determina la capacidad de conducción de corriente. Puedes verificarla con un calibrador, pero también es común consultar tablas estándar como el sistema AWG, ampliamente usado en el mercado.
Norma de fabricación
Todo cable debe cumplir una normativa técnica reconocida. En Ecuador, por ejemplo, los cables deben cumplir con la norma NTE INEN-ISO 80000-1, entre otras aplicables. Esta certificación garantiza que el producto ha sido fabricado bajo estándares técnicos y de seguridad establecidos por ley.
Nombre o marca del fabricante
CATÁLOGO DE CABLES ELÉCTRICOS DEL SITIO WEB ELECTROCABLE – ECUADOR: Tipos de cables eléctricos
2. Evaluar el material del conductor
Los conductores de cobre puro tienen un color rojizo brillante y son maleables. Si el conductor presenta un tono opaco o quebradizo, podría tratarse de cobre reciclado o aleaciones de baja calidad (aluminio). El uso de materiales de baja calidad afecta la conductividad y puede generar sobrecalentamiento.
En muchos casos, se ha observado que algunas ferreterías de barrio tienden a ofrecer materiales eléctricos de baja calidad o incluso de segunda mano. Esta situación se presenta con frecuencia debido a que los consumidores, al conocer el precio aproximado de los productos originales, buscan alternativas más económicas, sin considerar los riesgos asociados.
La necesidad de ahorrar dinero es comprensible, pero es importante tener en cuenta que, al elegir materiales eléctricos de menor calidad, como cables defectuosos o no certificados, se pone en riesgo la seguridad de las instalaciones, el funcionamiento de los equipos y, sobre todo, la integridad física de las personas.
3. Peso del cable

Uno de los métodos más prácticos y confiables para identificar cables eléctricos de mala calidad es evaluar su peso. El peso específico del cable puede revelar si el conductor es realmente de cobre puro o si ha sido reemplazado por materiales más económicos, como el alu-cobre (una mezcla de aluminio con recubrimiento de cobre).
El cobre puro tiene una densidad significativamente mayor que la del aluminio, lo que hace que un cable de cobre auténtico sea más pesado. En comparación, el alu-cobre puede pesar hasta un 40% o 50% menos que un cable del mismo calibre hecho completamente de cobre. Esta diferencia se vuelve evidente durante el transporte, manipulación y especialmente en pruebas de control de calidad.
Además del peso, los cables de alu-cobre suelen presentar una conductividad eléctrica inferior, lo que puede ocasionar sobrecalentamientos, pérdidas de energía y fallas en el sistema eléctrico, especialmente en instalaciones que demandan una alta eficiencia y seguridad.
4. Flexibilidad y número de hilos
En los cables eléctricos multifilares, la flexibilidad no es solo una característica conveniente para la instalación, sino también un indicador importante de calidad. Una buena flexibilidad generalmente se asocia con una mayor cantidad de hilos delgados en su interior. Estos hilos finos permiten una mejor distribución de la corriente eléctrica, mejorando la conductividad y facilitando el trabajo en espacios reducidos o curvas cerradas.
Cuando un cable se siente rígido, duro o incluso quebradizo al manipularlo, puede ser señal de que contiene menos hilos de lo recomendado, o que los hilos son de mayor grosor del permitido por norma. Esta reducción en la cantidad o cambio en el diámetro de los hilos afecta directamente la eficiencia del cable, su vida útil y su capacidad de soportar cargas eléctricas constantes o variables.
5. Pruebas de resistencia eléctrica

Una de las formas más efectivas de verificar la calidad de un cable eléctrico es mediante la medición de su resistencia eléctrica utilizando un multímetro. Esta prueba permite detectar si el conductor cumple con los estándares requeridos para una instalación segura y eficiente.
Cuando la resistencia medida es más alta de lo esperado, esto puede ser indicio de varios problemas. El más común es que el conductor tenga una sección transversal menor a la declarada, es decir, que el grosor del cobre o material conductor sea insuficiente.
Otra posibilidad es que el cable esté fabricado con materiales de menor conductividad, como el aluminio o mezclas de baja calidad, en lugar de cobre puro.
Conclusión
Es clave para garantizar instalaciones seguras y eficientes. Observar detalles como el peso, la flexibilidad, el tipo de conductor, el calibre, el marcado y las certificaciones, junto con pruebas básicas como la medición de resistencia, permite identificar productos confiables y evitar riesgos.
Elegir materiales de calidad no solo mejora el rendimiento del sistema, sino que también protege a las personas y prolonga la vida útil de la instalación.